Inicia la semana comprendida entre el domingo 28 de febrero y el sábado 6 de marzo. Es el día 59 del año y faltan 306 para que finalice 2021.
Celebraciones: Hoy se conmemora el nacimiento de Simón Rodríguez.
Pensamiento: “No existe mayor conflicto que el generado en la mente de quien cree saberlo todo, sin conocer la pureza y el valor de la razón” Jaime E. Peñaloza Durán.
Entérate24.com- Si no se busca la negociación como manera factible de solucionar cualquier conflicto, se corre el riesgo de convertirse en un seguro perdedor, porque al final aun creyéndose ganador, con toda seguridad se terminará perdiendo.
El compendio general de las relaciones en el mundo gira en torno a dos elementos básicos y hasta mezquinos que forman parte del punto de honor de quienes se conflictúan. Estos elementos son los intereses y las posiciones, que vinculan a las personas entre sí con ocasión de las relaciones cotidianas en el mundo de los negocios, del trabajo y el resto de las actividades.
Puede incluirse en esos rubros también, todo lo concerniente a relaciones entre empresas y entre éstas y las personas. Es importante entender que ninguna de ellas está exenta de conflictuarse en cualquier momento y por cualquier motivo.
Nacido el conflicto, es indispensable evitar el recrudecimiento de este por las posturas que generan las diferencias existentes. Estas, por muy pequeñas que parezcan en su inicio, pueden agravarse a dimensiones inimaginables, si no se manejan a tiempo y con buen tacto. A objeto de no permitir que la situación se escape de las manos y cause más deterioro en la situación conflictuada, nunca debe perderse de vista la oportunidad de negociar.
El objetivo principal de la negociación es la satisfacción primaria de los requerimientos sujetos a la negociación. Para ello deben promoverse suficientes márgenes de confianza entre las partes para llegar a un acuerdo definitivo, que permita dirimir las controversias y que al final van a garantizar la paz y con ella la reputación de los negociadores.
No existe sociedad en la cual sus miembros no estén sujetos a diferencias generadas de sus conductas y comportamientos; por lo tanto, ante la inexistencia de inmunidad, habrá que tener en cuenta a la negociación como elemento factible de llegar a la fase de comprensión denominada hoy en día “acuerdos negociados”.
Disciplinas psicológicas modernas del saber entran en juego en las negociaciones. Por ejemplo: el comportamiento y sentir del humano ligados a los distintos procesos de una comunicación clara entre las partes, va a determinar el inmediato comportamiento psíquico de los involucrados en una situación de conflicto.
El efecto psicológico se pone de manifiesto porque intrínsecamente en las personas fluctúan los factores de pensamiento, sentimiento y actuación, que van a afectar de manera negativa o positiva en el momento de poner en práctica las habilidades necesarias para negociar o continuar con la situación de conflicto.
Las negociaciones por naturaleza son envolventes en cada uno de los pasos que deben seguirse. Las partes involucradas deben negociar satisfactoriamente utilizando como bases sólidas tres elementos fundamentales para la obtención de los resultados esperados.
Estos elementos están dados en primer lugar, por la información con la que se cuenta, mientras más fidedigna mucho mejor. En segundo lugar, el tiempo estimado para finiquitar las controversias, este debe ser minuciosamente calculado y evitar que se prolongue más allá del tiempo estimado. Y en tercer lugar, el poder para la conducción de dicha negociación, la cual se basa estratégicamente en no dejarse robar la delantera por el adverso. Estos son elementos indispensables para manejar hábilmente el proceso inicial de estira y encoge que se va a presentar en el pliego de peticiones de una y otra parte.
Es importante fijar la estrategia basada quirúrgicamente en el uso de la comunicación con miras a obtener información completa del oponente. Luego de empoderada esa información se facilitará la obtención del poder, que al final es el deseo de todo el que se encuentra con dificultades de intereses. Por esta razón, es prioritario no divulgar las armas con que se cuenta. Por el contrario, debe conocerse rápidamente las de la contraparte, y con esa ventaja podrá irse más seguro a la guerra de intereses que se avecina.
Es recomendable prepararse para recibir con dignidad parte de lo que lo que espera lograr, sin descartar las expectativas y apetencias del contrario, que en su justa medida y razón tiene el mismo derecho a la obtención de beneficios.
Para negociar satisfactoriamente hay que estar claro hasta cuánto se puede ceder a la otra parte y hasta donde deben estirarse las exigencias frente a este, sin olvidar que la liga que amarra ambos intereses naturalmente tiene un límite de estiramiento, y que lo aprobado no debe estar sujeto a nuevas controversias.
Tampoco hay que descartar el paradigma de que toda negociación debe culminar con el resultado de ganar-ganar-ganar, que a todas luces satisface no solo a las partes en discordia sino también a la sociedad general, que siendo solo testigo de excepción se convierte en el tercer ganador.
La habilidad del negociador para llevar el ritmo de las pretensiones es muy importante. El debe generar suficiente confianza a las partes involucradas, y su comportamiento objetivo va a influir en la opinión y toma de decisiones de todos los involucrados en la negociación.
Por un sinnúmero de razones siempre es preferible buscar la pronta ayuda de un negociador para la oportuna solución de cualquier conflicto en el cual nos encontremos inmersos. Esto se explica porque mientras más tiempo pase, más apetencias pueden generarse por las partes, haciendo más intransitable la vía de la solución del conflicto.
Más importante aún es que, si para el momento de iniciado el conflicto no se tiene la suficiente capacidad de resolverlo o la voluntad de terminar con el mismo por la vía pacífica, habrá de recurrir necesariamente a la confianza del negociador.
Es conveniente dejar de lado el miedo a salir mal parado, o el temor de tener que sacrificar una parte de lo que nos están pidiendo para dar por finalizada la controversia, porque más adelante puede resultar más costoso librarse de ella.
En la práctica, la mayoría de los conflictuados se convierten en presa fácil de la pérdida de los estribos. El motivo generalmente se debe a la desesperación que produce la imposibilidad de llegar a un acuerdo negociado en cualquier instancia donde se encuentre la controversia. Esto ocurre por la poca o nada formación negociadora que se tiene para enfrentar las crisis producidas por cualquier controversia, muchas veces insignificantes en el fondo, pero que la ceguera de la incomprensión no permite vislumbrarla.
Muchos echan mano a la absurda oferta engañosa destinada a acabar con el problema lo más rápido posible. Esto lastimosamente no deja de ser un perfecto búmeran que regresa recargado de más controversias en menos de lo que se pueda imaginar. Hay que estar claro que nadie que esté enfrascado en un conflicto va a tomar las primeras ofertas como dádivas fidedignas de un acuerdo perfecto.
La actitud de tratar de engañar a la contraparte, va a generar un clima de desconfianza con peligroso crecimiento durante la permanencia del mismo. Luego, para ganar nuevamente la confianza perdida hay que regresar al punto de origen del conflicto, lo cual implica comenzar de nuevo y en muchas ocasiones con otros protagonistas en escena. Al final habrá que reiniciar las conversaciones volviendo a lo básico, y esto en pocas palabras se traduce en pérdida de tiempo precioso para negociar.
Finalmente es importante recordar que durante la discusión de intereses contrapuestos, lo más importante es poner en práctica la inteligencia a través de los sentidos con los que cuenta el humano. Es decir, hablando muy claro y como si se desea conquistar al contrario. Escuchando de manera activa como si se tratara de un mensaje de Dios. Observando como si se buscara un tesoro escondido. Olfateando sabuesamente donde se esconde la estrategia del contrario. Y tocando con mano firme pero segura las ofertas rivales sin causar escozor en la piel del contrario.
Tradicionalmente se ha dicho que, “Consensum potius quam ad malum semper pugnare venetur quia antequam nascantur pullos multitudine numerari non potest” y que por lo menos en Venezuela se dice “siempre es preferible llegar a un mal acuerdo, que cazar un buen pleito, porque los pollos no pueden contarse antes de nacer”.
Curiosidades de la II Guerra Mundial
Oficialmente, Rusia y Japón aún no han firmado un tratado de paz. La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945 y entre los países pertenecientes a las diferentes facciones se firmaron acuerdos para culminar el conflicto. Sin embargo, hay dos naciones que nunca han dado por terminada esta guerra, al menos oficialmente. Rusia y Japón nunca han firmado un tratado de paz. Aunque han existido varios intentos a los largo de los años, todavía no hay nada formal entre ambos países, ya que todavía se disputan la soberanía sobre las islas Kurin. (Tomado de las 91 FM).
Saludos, vuelvo en una semana
Jaime E. Peñaloza Durán