Bajo las consigna de ¡Todo el poder a los Soviets! y “Paz, pan y tierra”, desde el colegio Smolny, el sóviet de Petrogrado (San Petersburgo) toma el poder
Entérate24.com- El 7 de noviembre de 1917 (25 de octubre del antiguo calendario juliano), se produjo la gesta en que obreros y campesinos, dirigidos por Lenin y el Partido Bolchevique, iniciaron la construcción de un nuevo sistema político, económico y social. El zarismo y la burguesía rusa controlaban las ramas fundamentales de la industria, mientras los grandes terratenientes eran dueños de las mejores tierras y permanecían vestigios del régimen de servidumbre.
Bajo las consigna de ¡Todo el poder a los Soviets! y “Paz, pan y tierra”, desde el colegio Smolny, el sóviet de Petrogrado (San Petersburgo) toma el poder. Se reforzó el cerco del Palacio de Invierno y, entrada la noche, una señal luminosa en la fortaleza de Pedro y Pablo avisó al “Aurora” de que disparara la salva para que se desencadenara el asalto. Los revolucionarios entraron en el edificio sin apenas resistencia, detuvieron a los ministros y anunciaron que eran dueños de la situación.
Rusia se encontraba devastada por la guerra, amenazada por las potencias imperialistas, con una población predominantemente analfabeta y en extremo pobre, pero con un pueblo trabajador que encontró las fuerzas para alcanzar el poder y comenzar una construcción socialista sin precedentes. Los primeros años fueron de una alta complejidad debido a la guerra mundial y la campaña internacional de agresiones que atacaba sucesivamente desde diversos puntos de su enorme geografía.
En un periodo históricamente muy corto se realizan derechos y libertades que no existían en los países más desarrollados, se elimina el analfabetismo, generalizando la escolarización, se aseguró el empleo y la protección social y se eliminó la discriminación de la mujer. Más allá de los adelantos científicos y tecnológicos que traería la Unión Soviética al mundo.
Se liberaron reservas potenciales del pueblo ruso de tal envergadura, que aun cuando el mundo capitalista padecía la peor de las crisis, la naciente Unión Soviética registra un gigantesco crecimiento económico y social. Sus repercusiones fueron tan profundas que originaron el mayor movimiento revolucionario que ha conocido la historia moderna. Solo 30 o 40 años después, un tercio de la humanidad era gobernado bajo las banderas que le inspiraron.
Las fuerzas sociales liberadas, empujaron vigorosamente la industria y la agricultura, preparando al país para resistir la agresión del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, pasar a la ofensiva, vencerlo y después levantar nuevamente al vasto país, influir poderosamente en los procesos de liberación nacional y en importantes avances de las luchas sociales en todo el mundo.
El significado universal de la revolución de octubre de 1917 constituyó un desafío al sistema capitalista, despertando el entusiasmo en los trabajadores del mundo. Por vez primera, los oprimidos eran vencedores y se mostraban capaces de alcanzar y defender sus conquistas. El derrumbe de la Unión Soviética, producido por los abusos de poder, las deformaciones burocráticas y por la incapacidad para encontrar las soluciones de continuidad necesarias, no desmerita el legado histórico de la Gran Revolución Socialista de octubre del 1917